miércoles, 5 de junio de 2013

Introducción a la posmodernidad: La eterna paradoja.


El mundo no ha sido siempre como lo conocimos. Nuestro universo está en un constante cambio, y, junto a el, millones de corazones latieron, laten y latirán por un sin numero de fines, de metas y de progresos. En dicho camino hacia la meta, incontables ideologías se han atravesado por el camino, siendo motores de un sin fin de personajes que han recorrido este planeta, tratando de convencer a los demás de sus ideas, de esos ideales que, como ellos alegan, son una verdad absoluta que debe de ser compartida a todo ser pensante de nuestra sociedad.

Los años pasan, y cada que muere un año, o una era, mueren consigo muchas ideologías, o mas bien, evolucionan en ideas que se adaptan mas al medio y estilo de vida que se desarrollan.  Constantemente, mientras más avanza el tiempo, el ser humano va madurando, en cuanto a costumbres y formas de pensar.
Cada vez, se va separando mas y mas de aquel animal en el cual se halla nuestro origen, y vamos creando una sociedad vanguardista, responsable, autosuficiente y productiva. Es aquí donde se va cocinando poco a poco la paradoja a la cual me refiero en este artículo.

Desde tiempos remotos, era muy común observar actos violentos, ruines e ideologías tan estúpidas y retrogradas en las sociedades pasadas que bien podrían rallar en lo obsoleto y burdo de un comportamiento animal o bien, bestial.
En dichas épocas pasadas, no existían tantas leyes ni asociaciones como el día de hoy. No las necesitaban.

Hoy en día, gozamos de contar con todo lo necesario para vivir con el más mínimo esfuerzo, aunque, de igual manera, es en esta precisa generación que mas cuesta vivir.
La competencia, la industrialización, mercadotecnia, preparación específica y superación, han logrado que muchos seres sean marginados de esta comunidad, y, los que yace dentro, tienen que adaptarse a este mundo autómata para perder el resto de humanidad con el que contaban, volviéndose cada vez mas insensibles, hasta el punto de volverse máquinas de este sistema, maquinas que, pleonasmicamente  hablando, solo sirven para servir, y nada más.
Por favor, no hay que perder el resto de humanidad con el que contamos al ser sumergidos en este sistema.

                                                                                         Por Jorge López.

No hay comentarios:

Publicar un comentario